martes, 29 de diciembre de 2009

Ego

El ego es una protección. El ego es como una pared invisible que te rodea. Por eso el ego es muy sensible. Alguien dice algo o sim­plemente te sonríe y por la forma en que sonríe te sientes herido. Empiezas a protegerte; estás dispuesto a pelear. El ego es una tremenda disposición para pelear con todo aquello que parezca peligroso. El ego es una lucha constante contra la vida, porque la vida es peligrosa. El ego es como una roca que te protege contra todas las formas en que la vida trata de alcanzarte. Salta, sobre esta roca, rompe el caparazón del huevo, sal de él.
El cielo es peligroso. No te digo que no exista peligro, no puedo decirlo; existe peligro. Hay peligros y más peligros, pero la vida se alimenta del peligro, el peligro es su alimento. El peli­gro no amenaza la vida; el peligro es el alimento mismo, la sangre misma, el oxígeno mismo de la vida.
Vive en peligro; ése es el significado de "sannyas". El pasa­do-lo conocido, lo familiar-te protege. Con el pasado, te sien­tes en casa. El futuro es desconocido, no te es familiar. Con el futuro te sientes un extraño, no lo conoces. El futuro es siempre un extraño llamando a la puerta. Abre siempre la puerta al futuro. En realidad, te gustaría que tu futuro fuera igual que tu pasado, una repetición. Esto es miedo. Y recuerda: crees siempre que te­mes a la muerte, pero yo te digo que no temes a la muerte; temes a la vida.
El miedo a la muerte es, básicamente, un miedo a la vida, por­que sólo la vida puede morir. Si tienes miedo a la muerte, tendrás miedo a la vida. Si tienes miedo a caer, tendrás miedo a levantar­te, porque sólo una ola que se alza puede bajar. Si temes ser re­chazado tendrás miedo, miedo de acercarte a cualquiera. Si temes ser rechazado, te volverás incapaz de amar. Temiendo a la muerte te incapacitas para la vida. Entonces vives tan sólo de palabra y sólo el sufrimiento, la oscuridad y la noche te rodean.
Sólo nacer no basta; es necesario, pero no suficiente. Has de nacer dos veces.
Osho- Yoga la Ciencia del Alma Vol. 4,
Págs. 103,104

¿Qué sucede cuando nos sentimos afectados?

Dejamos de ser espectadores para convertirnos en parte de la película. Las personas comienzan a identificarse con los actores. La próxima vez que vayan al cine observen con quién se han identificado seguramente lo han hecho. Hacen suyos los éxitos y los fracasos del personaje. El amor y la tragedia son suyos. Cuando el personaje ríe ustedes también se identifican con una parte de la película y ella se convierte en su propia historia. Por unos momentos abandonan su vida y se convierten en parte de la vida de esos desconocidos que se mueven en la pantalla.
Al cabo de las tres horas durante el camino a casa súbitamente recuerdan que no era más que ficción y que no hay nada de qué preocuparse. No tendrán que cargar con la preocupación ni desvelarse. Podrán reír de nuevo porque han abandonado la situación. Pero durante esas tres horas no solamente estuvieron en la sala de cine sino dentro de la película. Se volvieron parte de ella dejaron de ser espectadores para convertirse en protagonistas.
La próxima vez observen. Si se mantienen como espectadores no se sentirán afectados porque como tales sabrán que es sólo una película y nada más. No estará sucediendo nada realmente. Tan pronto como se metan en la película ésta dejará de ser mera nada. En ese momento perderán la atención y el sueño se convertirá en realidad. Cuando recuperen la atención el sueño se tornará en sueño.
Entonces la pregunta es ¿qué hacen en el mundo? ¿Son protagonistas u observadores? Si son protagonistas han dejado de ser reales y el mundo se ha convertido en realidad. Son ustedes quienes ponen su realidad en el mundo para que él se torne real. Todo depende de ustedes: pueden desmentir esa realidad una vez que la desmientan podrán prestar atención y el mundo comenzará a tornarse irreal. La realidad del mundo depende de la medida en la que se es protagonista o mero observador. Basta con esos breves instantes de simple observación para reconocer que los hindúes tienen razón cuando dicen que el mundo es maya o ilusión. Takan tiene razón cuando dice que todo es un sueño que la vida y la muerte son un sueño. Su última afirmación debe también ser la primera. He ahí todo el asunto.
Osho- El Principio Zen
Págs. 47,48

Si hay una constante dependencia y no te liberas, no sirve; es sólo posponer las cosas. Un verdadero maestro siempre deja a los discípulos liberados de él. Éste es el objetivo. Que vengas a mí, que te alejes de mí, pero que te acompañe esa sensación. Que sigas siendo el mismo. Que te muevas entre los polos opuestos permaneciendo siempre igual. Entonces, todo es posible, porque tú eres aún la fuente de todas las energías.
Tienes en tu interior la fuente de toda la vida. Todo lo que está sucediendo en la vida se está produciendo a partir de la misma fuente de la que saliste tú. Estás relacionado con ella, eres uno con ella. Si los pájaros pueden estar tan contentos y cantar, tú también puedes, porque es la misma fuente la que les aporta su dicha y su canto. La misma fuente está a tu disposición, pero de alguna manera has generado obstáculos. Si los árboles están tan verdes y tan naturales, despreocupados, tú también puedes, pues la savia que llega a los árboles también te lega a ti. Tal vez lo hayas olvidado, pero allí está.
Y lo que ha ocurrido en la vida, todo lo que sucede a tu alrededor, todo este misterio, es tu herencia. Reclámala. La estás dejando de lado al no reclamarla, mientras sigues pidiendo. Allí tienes el imperio, que sigue desperdiciándose y esperando, mientras sigues pidiendo. ¡Reclámalo! Ésta es la forma en que se lo puede reclamar: manténte igual cuando te desplaces de un polo al opuesto. Esto es lo que Krishna dice en el Gita: “En el dolor o en el placer, sé el mismo; en el éxito o en el fracaso, sigue siendo el mismo. Pase lo que pase, deja que suceda, y sigue siendo el mismo. Esta identidad te dará integridad”.

Debe llegar a un punto en el cual, conmigo o sin mí, sigas siendo el mismo. Entonces, seré una ayuda y no una esclavitud. Entonces, seré una liberación para ti; y debo transformarme en una liberación para ti. Cuando digo esto, quiero decir que debes llegar al punto de liberarte también de mí.
Osho- Mi Camino. El Camino de las Nubes Blancas
Págs. 204,205

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