martes, 2 de febrero de 2010

Cuando el sueño se termina...

Un joven dice: «He perdido todo lo que había conseguido. Una enorme tristeza me invade y no puedo percibir su final - ¿o es que no tiene final?»
Muchos te envidiarán. El saber que todo ha fallado es el comienzo de un nuevo viaje. El saber que «Todo lo que he conseguido está perdido» es el comienzo de una nueva búsqueda de algo que no se puede perder. Cuando uno está completamente desilusionado del mundo y sus éxitos, sólo entonces uno se vuelve espiritual. Quizás no estés todavía consciente de ello, pero hay algo se está agitando, una nueva alegría está surgiendo tras la cortina de la tristeza - la alegría de una nueva búsqueda, de una nueva aventura, de una nueva vida, de una nueva forma de ser.
«No puedo percibir el final - ¿o es que no tiene fin?» Hay un principio de la mente y hay un final de la mente, hay un principio del ego y hay un final del ego, pero no hay un principio de ti y un final de ti. Y no hay principio en el misterio de la existencia y no hay final en ti. Es un proceso continuo. Más y más misterios te están esperando, de ahí la emoción y el éxtasis. Siéntete extático al saber que la vida no tiene fin, al saber que cuando has alcanzado una cima, de repente otra cima te está retando -una más alta, más difícil de escalar, más peligrosa. Y cuando has llegado a esa otra cima, habrá otra; una tras otra. Son los eternos Himalayas de la vida.

Sólo piensa en un punto al que en algún momento llegaste, y del cual ya no queda nada. Estarías entonces completamente aburrido; ¡el aburrimiento sería entonces tu único destino! Y la vida no es aburrimiento, es una danza. La vida no es aburrimiento, es júbilo, exhuberancia.

Muchas muchas cosas van a ocurrir, y muchas muchas cosas siempre seguirán ocurriendo. El misterio nunca termina, no puede terminar. Por eso se le llama misterio, ni siquiera puede ser conocido. Nunca podrá convertirse en conocimiento, por eso se le llama misterio, algo en él es eternamente escurridizo. Y en esto radica toda la alegría de la vida. El gran esplendor de la vida es que te mantiene eternamente ocupado, buscando, explorando. La vida es exploración, la vida es aventura.

El éxtasis es nuestra naturaleza misma; no estar extático es sencillamente innecesario. Estar extático es natural, espontáneo. Estar extático no requiere ningún esfuerzo, se necesita de un gran esfuerzo para sentirse desdichado. Por eso te ves tan cansado, porque la desgracia es en verdad un trabajo pesado; mantener la miseria es realmente difícil; por que estás actuando en contra de tu propia naturaleza. Estás simplemente nadando contra corriente -ésta es la causa de tu miseria.

Y… ¿Qué es la felicidad? dejarte llevar por la corriente - te dejas llevar hasta el punto en el que toda separación entre tú y el río desaparece. Tú eres el río. ¿Cómo puede ser difícil esto? Para dejarte llevar por la corriente no necesitas nadar; simplemente flotas en la superficie del río y la corriente te lleva hacia el océano. La corriente te empuja de forma natural hacia el océano. La vida es como un río. No la fuerces y jamás te sentirás miserable.

Publicado por Aguas Azules en 5:45 PM 14 comentarios

El Perfume.
28 julio, 2007



Los inicios de la perfumería se remontan a la Edad de Piedra, cuando los hombres incineraban maderas aromáticas para complacer con humo a sus divinidades. El nombre de perfume o perfumes proviene del latín "per" y "fumare", a través del humo, o hecer humo . También lo relacionamos con el uso del incienso. De ahí el origen de la palabra.

No obstante, la fabricación de perfumes para uso humano tiene su comenzó con los egipcios, quienes fueron los primeros perfumistas artesanales de que se tiene noticia y que lograron extraer aromas naturales de los más variados tipos.

Cuando se abrió la tumba del faraón Tutankamon se hallaron más de tres mil potes con fragancias que aún conservan su olor, a pesar de haber permanecido enterrados por más de 30 siglos. En aquel tiempo las egipcias colgaban de sus cuellos pequeños recipientes de barro con sustancias aromáticas y llegaron a creer que el buen olor no sólo seducía a los hombres, sino que ahuyentaba las enfermedades.

Con el tiempo, la perfumería sufrió muchas transformaciones, hasta llegar a la producción industrial y a la categoría de artículo de lujo con la que hoy se la conoce.

Uno de los descubrimientos claves para llegar a esto fue el hallazgo árabe del alcohol, en el siglo VIII. Aceites y resinas olorosas diluidas en el alcohol revelaron con toda plenitud sus cualidades aromáticas, dando así origen a perfumes mucho más finos.

Los griegos, que consideraban el perfume corno un don de Venus, usaban un aroma diferente para cada parte del cuerpo: menta para los brazos, mejorana para los cabellos, aceite de palma para el pecho, tomillo para las rodillas y aceite de orégano para las piernas y los pies, entre otros.

El primer perfume elaborado con fines comerciales data del siglo XIV, y se conoció en aquel entonces como Agua de Reina o Agua admirable, nombres que le dio su creador, el químico y comerciante italiano Juan María Farina, quien en 1709 se estableció en Colonia, una ciudad del imperio Prusiano. Años después de su famosa invención, se supo que Farina obtuvo la fórmula de un monje que había vivido muchos años en Oriente.

Precisamente, de todas las fragancias existentes en la actualidad, la más antigua es el "Agua de Colonia 4711", creada en 1796 y considerada a su vez el primer perfume unisex del mundo. Entre los famosos de la historia que lo usaron figura Napoleón y su amada Josefina de Beauharnais.

Los perfumes con aromas de flores tienen ingredientes básicos como el jazmín y la rosa, aunque se produce también con gardenias, violetas, narcisos y lilas. Los hay elaborados con fragancias críticas como el limón y la naranja, tanto de sus flores como de sus propios frutos.

Los aromas orientales son los más sensuales y están compuestos por el patchouli y el almizcle. Tienen un perfecto equilibrio entre las flores y las especias, e imparten un aire místico.
Hay quienes afirman que saber perfumarse es todo un arte y aconsejan echarlo en aquellas zonas del cuerpo donde los latidos son más intensos, como por ejemplo, las muñecas, los tobillos, las sienes, los lóbulos de las orejas y el busto, ya que el calor del cuerpo activa su fragancia y la hace más duradera.


Publicado por Aguas Azules

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